Sobre CDI

¿Quiénes somos?

El CDI, Comité para la Democraticación de la Informática, es una organización Internacional de la Sociedad Civil sin fines de lucro, que desde 1995 desarrolla el trabajo pionero de llevar la informática a las comunidades menos favorecidas.

Los CDI´s Comunidad son creadas por el CDI para aplicar programas educativos y profesionales en distintas partes del mundo, con el objetivo de reintegrar a los miembros de comunidades con pocos recursos, especialmente niños y jóvenes, disminuyendo así el nivel de exclusión al que son sujetos. En estos programas, el CDI promueve también la ciudadanía, ecología, salud, derechos humanos y la no violencia.

El CDI busca abatir la Brecha Digital para transformarla en una oportunidad de desarrollo para incluir a las personas en la Sociedad de Información; a esto lo llamamos la Inclusión Digital.

Misión, visión y valores

Misión

Promover la Inclusión social de las comunidades menos favorecidas, utilizando las tecnologías de la información y comunicación como instrumento para la construcción y el ejercicio de la ciudadanía.

Visión

Lograr que el proyecto tenga influencia efectiva en el destino social de México, ampliando el concepto de inclusión digital como una integración entre educación, la tecnología, la ciudadanía y el liderazgo buscando la transformación social.

Valores

Solidaridad
Transparencia
Coresponsabilidad
Equidad
Innovación
Excelencia

Historia

CDI Matriz hizo negociaciones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Microsoft y con la Fundación Starmedia para impulsar la iniciativa denominada CDI AMÉRICAS, que incluía la apertura de representaciones en UruguayColombia y México. Para ello se dieron a la tarea de encontrar candidatos con el perfil adecuado que asumieran la coordinación de CDI México, encontrando a Ricardo Barrientos López, quien estudiaba la carrera de Ingeniería en Electrónica en la Universidad Tecnológica de México (UNITEC), además de trabajar en el área de Responsabilidad Social en una escuela preparatoria en el Distrito Federal.

Con apoyo financiero y software de Microsoft, la Fundación Vamos FDS, Club´s Juventud Siglo XXI y Supera de Monterrey, se inauguraron las dos primeras CDI´s comunitarias, una en la Ciudad de México y otra en Monterrey, N. L.

A finales del 2001 Ricardo reunió a un grupo de amigos que estaban interesados en la misión, ellos eran: Ramiro MarañónJuanita García y Jorge Cortés, con quienes constituyó legalmente la organización con el nombre de Comité para la Democratización de la Informática México, A. C. el 28 de Enero del 2002.

Red CDI

La Red del CDI está formada por los CDI regionales e internacionales, cuyas actividades son seguidas y coordinadas por el CDI Matriz ubicado en Río de Janeiro, Brasil. Estos comités poseen autonomía administrativa y reproducen la propuesta pedagógica desarrollada por la red CDI.

Cada comité administra un grupo de CDI´s comunitarias, las que constituyen espacios no formales de enseñanza, creados por medio de alianzas con centros comunitarios, entidades de clase, grupos religiosos y asociaciones civiles, entre otros movimientos asociativos.

Con el objetivo de perfeccionar su modelo de gestión y ampliar los resultados de sus acciones, la organización promueve anualmente un encuentro con cerca de 200 líderes de la Red CDI, del Brasil y de otros países, los cuales se reúnen para alinear los objetivos y realizar, de forma participativa, su planificación global.

Consejo Directivo

El CDI comprende la incorporación de un Consejo Directivo como parte de su fortalecimiento institucional y para incrementar su capacidad de pensamiento estratégico.

Jorge Cortés Franco

Teodoro González Esteban

Ramiro Marañón García

Héctor Morales Gil de la Torre

Alejandro Pisanty Baruch

Marcella Lembert

Félix Ramírez Montiel

Ricardo Barrientos López

Sociedad de la Información


Una sociedad de la información es una sociedad en la que la creación, distribución y manipulación de la información forman parte importante de las actividades culturales y económicas.

La sociedad de la información es vista como la sucesora de la sociedad industrial. Relativamente similares serían los conceptos de sociedad post-industrial (Daniel Bell), posfordismo, sociedad postmoderna, sociedad del conocimiento, entre otros.

Aun cuando no existe un concepto universalmente aceptado de lo que se le llama “sociedad de la información”, la mayoría de los autores concuerda en que alrededor de 1970 se inició un cambio en la manera en que las sociedades funcionan. Este cambio se refiere básicamente a que los medios de generación de riqueza poco a poco se están trasladando de los sectores industriales a los sectores de servicios. En otras palabras, se supone que en las sociedades modernas, la mayor parte de los empleos ya no estarán asociados a las fábricas de productos tangibles, sino a la generación, almacenamiento y procesamiento de todo tipo de información. Los sectores relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), desempeñan un papel particularmente importante dentro de este esquema.

Desde la perspectiva de la economía globalizada contemporánea, la sociedad de la información concede a las TIC, el poder de convertirse en los nuevos motores de desarrollo y progreso. Si en la segunda mitad del siglo XX los procesos de industrialización fabriles marcaron la pauta en el desarrollo económico de las sociedades occidentales que operaban bajo una economía de mercado, a principios del siglo XXI, se habla más bien de las “industrias sin chimenea”; es decir, el sector de los servicios, y de manera especial, las industrias de la informática.

Algunos autores sugieren que este modelo de desarrollo tuvo un origen más preciso a principios de la década de 1990, en el llamado Consenso de Washington, en el que el grupo de los países desarrollados definieron algunos de los principales lineamientos económicos que habrían de adoptarse para enfrentar el problema de los llamados “países en vías de desarrollo” y el fracaso de sus economías.

Algunas de las acciones derivadas de este acuerdo y que se han observado en todo el mundo occidental, son:

La privatización de las industrias de las telecomunicaciones.
La desregulación del mercado de las telecomunicaciones.
La búsqueda del acceso global a las TIC.
Muchos críticos han señalado que la llamada “Sociedad de la Información” no es sino una versión actualizada del imperialismo cultural ejercido desde los países ricos hacia los pobres, especialmente porque se favorecen esquemas de dependencia tecnológica.

Quienes están a favor de la “Sociedad de la Información” sostienen que la incorporación de las TIC en todos los procesos productivos, ciertamente facilitan la inserción a los mercados globales, donde la intensa competencia obliga a reducir costes y a ajustarse de manera casi inmediata a las cambiantes condiciones del mercado.

En todo caso, aun quienes se muestran optimistas con respecto a la “Sociedad de la Información”, admiten que la brecha digital es uno de los principales obstáculos en este modelo de desarrollo. A grandes rasgos, este fenómeno se refiere a todos aquellos sectores que permanecen por muy diversas razones, al margen de los beneficios y ventajas asociados a las TIC.

La sociedad de la información no está limitada a Internet, aunque este ha desempeñado un papel muy importante como un medio que facilita el acceso e intercambio de información y datos. La Wikipedia es un excelente ejemplo de los resultados del desarrollo de este tipo de sociedades. Recientemente se considera a los weblogs como herramientas que incentivan la creación, reproducción y manipulación de información y conocimientos.

El reto para los individuos que se desarrollan en todas las áreas de conocimiento es vivir de acuerdo a las exigencias de este nuevo tipo de sociedad, estar informados y actualizados, innovar, pero sobre todo generar propuestas y generara conocimiento, conocimiento que surge de los millones de datos que circulan en la red.

De acuerdo a la declaración de principios de la Cumbre de la Sociedad de la Información llevado a cabo en Ginebra (Suiza) en 2003, la Sociedad de la Información debe estar centrada en la persona, integradora y orientada al desarrollo, en que todos puedan crear, consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento, para que las personas, las comunidades y los pueblos puedan emplear plenamente sus posibilidades en la promoción de su desarrollo sostenible y en la mejora de su calidad de vida, sobre la base de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Educación tecnológica

Actualmente con los usos de las nuevas tecnologías se generan usos sociales positivos en la educación y generación de conocimiento, sin las Tecnologías de Información y Comunicación (TICS), no hubiese sido posible la secuenciación del genoma humano de la que tanto espera la ciencia del futuro y del presente, nadie puede desconocer que la Web es un medio poderoso para transmitir y compartir ideas, actividades y materiales, con el Internet se ha posibilitado que existan universidades virtuales cuyos “campus” trascienden las barreras de lo convencional y gozan de una universalidad y una intemporalidad que benefician la formación de currículos, aprovechando al máximo la enseñanza.

En este sentido, con la educación tecnológica, se pretende, posibilitar en las personas la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes, que les permita tomar decisiones tecnológicas como usuarios, consumidores y creadores de tecnología considerando aspectos personales y sociales.

En CDI creemos que con la educación tecnológica podemos contribuir a la formación de los educandos, desarrollando en ellos habilidades y conocimientos necesarios para identificar y resolver problemas en los cuales la aplicación de la tecnología signifique un aporte a su calidad de vida, que con esta formación tengan la capacidad de responder y atender las demandas de la tecnología, de manera critica e informada.

Educación Tecnológica y Ciudadanía


La educación tecnológica debe servirles a los ciudadanos para participar en las decisiones sobre el tipo de técnicas con las que vivirán. La educación Tecnológica de la ciudadanía no debe pretender que todos los ciudadanos sean capaces de construir un puente, pero si permitir que todos puedan participar en las decisiones sobre si debe construirse en un determinado lugar y sobre las funciones que debe cumplir, se trata de incorporar la educación en valores, a través de la educación tecnológica, es decir educar para valorar las diversas tecnologías, para evaluar sus efectos, algo que es condición para hacer posible la participación pública en la evaluación de tecnologías.

Así mismo, educar para la participación es propiciar cambios en los contenidos y las formas de la educación tecnológica, recogiendo una imagen de la tecnología donde, además de los aspectos técnicos, queden adecuadamente resaltados los aspectos culturales y organizativos de las distintas tecnologías. El objetivo es estimular en el educando un sentido crítico que, sobre la base de un conocimiento sólido, le motive y le capacite para implicarse activamente como ciudadano y como profesional en los asuntos públicos relacionados con la tecnología.

La propia educación ha sido entendida por diversos autores como una tecnología social: un conocimiento especializado que es aplicado, con el auxilio de diversas técnicas e instrumentos, para la transformación del medio social de acuerdo con una agenda dada. Por este motivo, la participación en el cambio tecnológico, por parte de los colectivos sociales afectados e interesados, es algo que debería comenzar en el propio proceso educativo, y ningún ámbito es más adecuado que el de la propia educación tecnológica.